martes, 19 de agosto de 2014

MEMORIAS 2 de la Fábrica de Sueños (ANEXO 2)

Sigamos hablando de temas espinosos al interior de la empresa... ¡religión! 

Obvio, la mayoría de los técnicos (o canarios, por su característico traje amarillo) y asistentes de producción son católicos; hasta una Virgen de Guadalupe está colocada en las escaleras de la puerta 2. Todos se persignan al entrar... ternuritas.

Algunos freelance también lo hacen, porque: aguas, desde el paso de gato te puede caer una luz fresnel y en tu gafete (en la parte de atrás) estipula que si sufres un accidente, la empresa no se hace responsable. A mí una vez casi me machuca un pie el equipo de sonido que se deslizó del trailer al piso. (Eso me pasó por poner "ternuritas" en el párrafo anterior).

Sin embargo, conforme vamos avanzando en el escalafón de la fábrica, se van diversificando los credos. En armonía conviven los judíos, cristianos, budistas y bastantes creyentes de la santería (¿acaso importados por nuestros talentos caribeños)?).

Ah, se me olvidaba, la cereza del pastel: los cienciólogos. Sí, los que están en la punta de la pirámide y por ello se sienten con el derecho, y privilegio de casta de ser los guardianes y guías de la conciencia de millones de televidentes.

Sin embargo, no todas las "fuerzas" son del lado luminoso. Me pregunto qué pasaría si atináramos a usar unos anteojos que nos dejaran ver los flujos energéticos que surcan a toda velocidad los pasillos de los foros y sobre todo el edificio de producción... ¿serían flujos de ectoplasma gris o negro? ¿Habrá Macumbas y Azraeles rondando por ahí...?

Lo que sí me ha quedado claro es que TODAS las creencias de la Fábrica suelen girar en torno a un vórtice dionisíaco, una tríada pagana que mueve muchos de los intereses de los que ahí laboran: sexo, dinero, y... estimulantes. Hay mucha presión oigan, muchos intereses en juego, y hay que darles una salida recreativa, ¿no?

Si no fuera de otra manera, la histeria y la neurosis cotidiana en las horas laborales no tendrían su válvula de escape, las tensiones estallarían cual olla express y entonces sí, la empresa implosionaría.

Y que conste que todo se hace por llevarle sana diversión, en el nombre del buen humor y la pasión amorosa heterosexual, a la gran familia mexicana. ¿Qué sacrificados, verdad?




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