lunes, 18 de octubre de 2010


DAN BROWN. “EL SÍMBOLO PERDIDO”.

Siempre he admirado la capacidad de Mr. Brown para combinar el detalle de sus investigaciones hemero-biblio-gráficas con la capacidad para construir una trama de suspenso e intriga. Cada vez que termino uno de sus libros, me deja la didáctica sensación de haber aprendido algo nuevo. Sin embargo, otra vez me deja mal sabor de boca, porque a pesar de su evidente erudición, no puede negar su esquema mental totalmente anglosajón.

En la crítica que hacía a uno de sus libros anteriores (“Ángeles y Demonios”, el primero de la “saga Langdon”), le reprochaba abusar del cliché “árabe = malvado asesino” para uno de sus antagonistas; y me preguntaba que nuevo grupo étnico elegiría ahora para su villano en “Símbolo Perdido”.


Ahora se inventó un enloquecido místico, tatuado literalmente en todo el cuerpo, súper musculoso (y aparte, castrati) llamado “Mal'akh”. Tengo la malsana curiosidad de ver cómo resuelven visualmente al personaje de Malak, ya que literalmente se la pasa en taparrabos de un lado a otro durante la última tercera parte del libro, con una daga antiquísima en mano.

Pista: en el Viejo Testamento, Dios pone a prueba la fe de Abraham y le pide que sacrifique a su primogénito. La forma en que Dan Brown se aprovecha de este pasaje de la Biblia y le da retorcidas vueltas de tuerca para llevarnos a uno de los golpes dramáticos más “impactantes” de la novela, sí es algo digno de admirarse.


Desafortunadamente, voy a confesarles que a la mitad de la lectura, ya había deducido hacia dónde iba la trama… y acerté. Es lo malo de trabajar tanto en telenovelas: inmediatamente salta a la vista que Dan Brown es el más digno representante de la erudición del guía de una galería de arte, aplicada al melodrama más básico y esquemático.

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Por ahí aparece una agente de la CIA, Satto; una mujer asiática tan amargada y seca que cumple a la perfección su papel de “voz de la conciencia”. Un personaje que podría estar inspirado en cualquier Manga Japonés de terror.

He aquí el estereotipo que faltaba en la galería de villanos de Mr. Brown. Para hacer más grotesco al personaje, Dan Brown le crea un pasado donde Satto padeció cáncer pulmonar, del que salvó la vida, pero no las cuerdas vocales; así que le toca usar un pequeño micrófono con altavoz portátil, cual villano de James Bond o de película de David Lynch.

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Y yo que me quejaba de que el filme “Día de la Independencia” (ID4) giraba en torno al 4 de julio…

Aunque en esta ocasión, Dan Brown mejoró un poco el trazo de sus personajes, realmente me decepcionó la (no tan) sutil apología que hace del “Destino Manifiesto” estadounidense, y de su ardua labor de convencimiento para persuadirnos del porqué E.U.A. es y debe ser, el imperio más capacitado para convertirse en el renacimiento espiritual (léase “policía de las conciencias”) del planeta.



Este libro es uno de los textos más anglo centristas que he leído. Dicho sea de paso, el Sr. Brown nos va explicando poco a poco (casi llevados “de la manita”), porqué la Masonería, a pesar de ser una sociedad secreta infiltrada en los círculosmás íntimos del poder (según cuenta la leyenda urbana), no es ni mala, ni perversa… sólo es un poco excéntrica, pero de buenas intenciones.

Lo chusco: Dan Brown incluye un masón afro-americano del Grado… ah, no lo recuerdo, pero era de los meros meros importantes. Pa’ que vean que los Masones no son racistas, ¿eh? Va a ser interesante observar si conservan este personaje como tal en la versión fílmica o le cambian el tono de piel.

Debo reconocer que sí hay un espacio para el debate entre diversas ideologías, encarnadas por los distintos personajes; pero esa sutileza con la que Brown intercala sus mensajes Pro Norteamérica, es lo que me asusta.


CONCLUSIÓN

Quiero creer que, al ver tanto talento “desperdiciado”, hubo algún jugoso cheque de por medio por parte de la administración estadounidense, para romper el mito de que los Estados Unidos no tiene una cultura propia; ahora resulta que sí la tiene, y que además proviene de la filosofía de los “Padres Fundadores” de la nación norteamericana; el problema es que, en el devenir histórico, se le había olvidado al pueblo norteamericano; pero no se preocupen, que Robert Langdon está aquí para darle ese sentido de arraigo cultural al gringo promedio.

Dicho sea de paso, y esto es lo importante, Brown omite la teoría del “caldero cultural” (melting pot) y jamás menciona las raíces aportadas por sus pueblos indígenas (mejor conocidos con el despectivo mote de “apaches”) que habitaban el territorio, previo a la llegada de los colonizadores ingleses.

En fin, le daré el beneficio de la duda a “Símbolo Perdido”; creo que como autor, Dan Brown trata de hacernos llegar un mensaje lleno de esperanza mística y de reencuentro del ser humano con lo divino… lo malo es que también hay un viejo y conocido refrán que dice: “el camino al infierno, está empedrado por las buenas intenciones” (especialmente si ese camino pasa por la Ruta 66).

domingo, 17 de octubre de 2010

¿Por qué es tan difícil ser frívolo...?



¿Qué no sabes lo difícil que es ser... frívolo?

Hoy me di cuenta que no puedes jugar a hacerte el "pensador analítico y profundamente intelectual" 24/7 los 365 días del año. Es muy cansado y terminas tomando ansiolíticos, porque no puedes evitar esa sensación ominosa que te dejan los documentales del Discovery y del NatGeo sobre todos los escenarios catastróficos planetarios que nos esperan a la vuelta de la esquina.

Por eso, mejor hoy voy a contar una experiencia propia, vivida hace pocas semanas en los lindos jardines del zócalo de Coyoacán: Estaba sentadito, leyendo "Twilight", y entonces se me acercan un par de "reporteros" de MVS. Me preguntan si me interesa participar en una encuesta sobre el mundo del modelaje. Desafortunadamente, mis ansias de fama y aparecer en la pantalla chica se impusieron y accedí a ser "entrevistado".

Pregunta 1: ¿Crees que el mundo del modelaje es superficial? (nótese que la pregunta ya trae una respuesta implícita, y dado lo tendencioso de la pregunta decidí contestar tratando de romper el cliché que ya me estaban tratando de inculcar).

Respuesta mía: "Para nada, yo tengo amigos en ese ambiente y muchas veces me los encuentro en las galerías de arte contemporáneo, y a veces discutimos sobre los aportes literarios de Guadalupe Loaeza y Ángeles Mastretta."

Pregunta 2: ¿Crees que las/los modelos son felices? (otra vez la respuesta implícita en la pregunta, esto me empieza a molestar... así que decido lanzar una respuesta un poco más agresiva).

Respuesta mía: "Pues, mira… te diré, por lo que me han contado mis conocidos, en el modelaje se vive bajo mucha presión, siempre tienen que ser perfectos, viajan de un lugar a otro, sufren jet-lags… yo creo que eso explica que algunas modelos terminen colgándose de la lámpara con una bufanda de seda o aventándose por los balcones de un hotel del 5 estrellas; pero esas son sólo excepciones a la regla, y yo pienso que la gente de las pasarelas es realmente feliz."

(Aquí el reportero se da cuenta que no le estoy respondiendo como él quisiera, así que afila sus garras y me lanza la última pregunta, con toda la mala leche del mundo):

Pregunta 3: "¿Y tú, nunca has pensado en ser modelo?".(Aquí hacemos Big-Close Up al rostro mío, con cara de pe… rplejo; ¡ésta no me la esperaba!) Primero pensé en arrojarles el libro de "Glamorama" a la cabeza (que es un ladrillote), pero al final solo dije...

Respuesta mía: "En la próxima vida, tal vez.".

Lo que en realidad quería decirles a los reporteros de "Lo que No Sabías de..." es que según Mr. Easton Ellis, el autor de “Glamorama” (y “Psicópata Americano”) los modelos serían los perfectos terroristas: viajan por todo el mundo, la mayoría caemos bajo sus encantos eróticos, nadie sospecharía de ellos y lo mejor de todo: "sólo están programados para obedecer órdenes".

Por cierto, ya que estamos en modo frivolidad, les recomiendo la película de “Zoolander” que hasta parece inspirada en el libro de “Glamorama”. Se rumora que el autor de “Psicópata Americano” quería demandar a Ben Stiller por plagio.

Cito textualmente del www.imdb.com: “Bret Easton Ellis, author of the 1998 book Glamorama, about a dimwitted male model who finds himself embroiled in a terrorist ring with roots in the fashion industry, sued Ben Stiller following the release of Zoolander (2001), citing copyright infringement. The case was later settled out of court.”


Mientras tanto, espero que en la próxima vida me den la oportunidad de ser bello, hermoso, apuesto, más alto, con una gran personalidad, … y con más valor para decir “no” cada vez que se me acerque un seudo-periodista para sondear mi opinión sobre temas en los que no estoy familiarizado.


domingo, 10 de octubre de 2010


Genoma, de Matt Ridley.

Esta obra de divulgación científica tiene como título alternativo "La Autobiografía de una especie en 23 capítulos"; en alusión a los 23 pares de cromosomas que posee un individuo normal de la especie humana. Se entiende que la intención del autor de este libro, el zoólogo Matt Ridley, es dar a conocer las implicaciones más importantes generadas por el mapeo genético de nuestra especie.

El método didáctico empleado por el autor consiste en asociar a cada par de cromosomas un concepto "filosófico" o "cotidiano" relacionado con la característica que comanda un gen específico perteneciente a dicho par de cromosomas; entre algunos de los capítulos que podemos encontrar, tenemos "vida", "destino", "instinto", "sexo", "muerte" entre otros.

Por cierto, el libro carece de ilustraciones o dibujos alusivos al tema (ni siquiera aparece el típico modelo de la doble hélice de la cadena de ADN), lo cual es comprensible porque se supone que este libro va dirigido a lectores con ciertos antecedentes generales en el tema y no es para principiantes.

Obviamente, el hecho de que sólo se encuentre texto, es porque se trata de una disquisición que parte de fenómenos naturales (la herencia), pasa por teorías científicas (la genética) y termina en reflexiones filosóficas sobre la ontología del ser humano.

DESTINO: ¿Se habrá inspirado "House M.D." en este libro para el personaje de la doctora "13"?

En el capítulo llamado "Destino", se habla sobre una enfermedad genética (degenerativa, y hereditaria) del sistema nervioso llamado Corea de Huntington, ahora detectable mediante una prueba sanguínea; uno de los pasajes que me llamó la atención fue el de una mujer (cuya madre murió de esta terrible enfermedad), la cual se mandó hacer los análisis correspondientes para saber si también sería víctima de este padecimiento; el punto es que ella declaró que se suicidaría en caso de que el resultado fuera positivo, pues preferiría morir por su propia mano antes que soportar la agonía de un padecimiento tan atroz.

Lo anterior planteó un problema ético para el doctor que le entregaría los análisis a la paciente,
pues la hermana de ésta lo había prevenido sobre las intenciones de la mujer.

Este es un ejemplo de cómo la ciencia ahora puede ayudarnos a conocer (en parte) lo que nos depara nuestro destino individual, pero también nos muestra las responsabilidades implícitas de dicho conocimiento. ¿Estaremos preparados para asumir esa carga existencial?

INTELIGENCIA: En el capítulo de "Inteligencia", se debate si ésta es heredada o adquirida, así como se desmitifica la supuesta veracidad de las pruebas estandarizadas para medir el coeficiente intelectual, pues aunque se sabía que aunque dichos test tenían un sesgo cultural, este hecho no se había querido reconocer.

La propuesta del autor de Genoma es que tanto la herencia como el ambiente tienen influencia en la conformación de la personalidad de una persona; de hecho, esta relación causa-efecto se da en ambos sentidos, pues así como los genes proporcionan un bagaje concreto de características a expresarse en el individuo, también el ambiente puede determinar que genes se expresan y cuales no, conforme la persona se va desarrollando. A su vez, los genes responden a los estímulos del medio ambiente, en un mecanismo de retroalimentación.

Para mí, es obvio que en el caso particular de la inteligencia abstracta, aunque una persona tenga una gran capacidad para resolver problemas matemáticos, si no recibe la alimentación adecuada durante el periodo más crucial para el desarrollo de su cerebro, esta capacidad no se manifestará; si no, que le pregunten a los Einsteins y Shakespeares en potencia que se están muriendo de inanición en África.




COMENTARIOS.

De la lectura, se puede inferir que hay un subtexto filosófico que apoya el determinismo biológico-social, aunque en el último capítulo el autor del libro trata de demostrarnos que esa no es su intención, por lo que distingue entre los conceptos "determinismo" y "fatalismo". Sin embargo, el razonamiento del "La Tenaza de Hume" siempre está presente:

LA TENAZA DE HUME: "O bien nuestras acciones están determinadas (en cuyo caso no somos responsables de ellas), o bien son el resultado de acontecimientos fortuitos (en cuyo caso tampoco somos responsables de ellas)."

El autor cierra el libro con la siguiente reflexión : "Si queremos creer en la libertad, entonces es preferible estar determinados por fuerzas que se originan en nosotros mismos [determinismo genético] y no en otros [determinismo social]."

A partir de este comentario, yo creo que el conjunto de descubrimientos realizados por el proyecto Genoma ya pueden irse incluyendo en la sabiduría a la que alude la sentencia socrática ‘conócete a ti mismo’.

REFLEXIONES FINALES

En nuestra época actual, donde los conceptos que la ciencia utiliza para referirse a sus objetos particulares de estudio se filtran hacia otras capas de la vida en sociedad, donde la tecnología (consecuencia de la actividad científica) parece invadir cada vez más nuestra vida cotidiana, pareciera que el ánimo reduccionista-mecanicista cobra un nuevo impulso.

Al parecer nuestra "compleja" existencia puede ser explicada por un número concreto de variables (a saber, los cuatro aminoácidos que forman la cadena del ADN: la adenina, la guanina, la citosina, y la timina) que al colocarse en un determinado orden combinatorio (el código genético), provocan lo que en la teoría del caos se denomina una "interacción tercer grado" o que tienen su símil en las llamadas "condiciones iniciales" de una ecuación diferencial; es decir, un mínimo y sutil cambio en los valores de estas condiciones provocan resultados completamente diferentes.

Por otro lado, está la tendencia que tiene el conocimiento científico de ir absorbiendo lo que por tradición se considerara del ámbito de las humanidades: por ejemplo, el fenómeno llamado "amor" en manos de la biología se reduce a las interacciones químico-eléctricas en el cerebro en una relación estímulo respuesta con el medio ambiente.

Es decir, temas como "libre albedrío", "inmortalidad", y "egoísmo" ya no son temas exclusivos para filósofos, sino también son materia intelectual para los biólogos moleculares.

¿Dónde termina la "interpretación científica" del hecho y donde comienza la "especulación filosófica" a partir de dicha interpretación científica?

¿Cómo es posible que un científico abandone la torre de marfil de su laboratorio para venir darnos un discurso sobre el libre albedrío del ser humano?

Tal vez esto sea la señal de un anti renacimiento, porque la ciencia nos está devolviendo una imagen mecanicista de nosotros mismos y de nuestro insignificante lugar en el universo
, pues los recientes descubrimientos biológicos nos están permitiendo auto conocernos sin necesidad de recurrir a tesis rebuscadas (recuérdese la Navaja de Occam, que de buenas a primeras rasuraría toda la teoría Freudiana).

Tal vez así de una vez por todas descubramos que las respuestas a las preguntas trascendentales que todos los seres pensantes nos hacemos son más sencillas de lo que suponíamos… aunque tal vez dichas respuestas no sean tan antropocéntricas como hubiéramos deseado, y no concuerden con nuestra visión teleológica de las cosas.

CONCLUSIÓN
. Con la lectura de esta obra, queda claro que la divulgación científica va más allá de la simple difusión de información perteneciente a una teoría, pues en el momento mismo de la ejecución de dicho acto de comunicación se van infiltrando supuestos filosóficos de carácter meta-científico.

En el libro analizado, el autor asume con plena conciencia el uso de dichos supuestos, los hace visibles, y acepta la polémica que el tema provoca… asunto que no siempre sucede en otros libros de divulgación, que quieren hacerse pasar como transmisores de un conocimiento "científicamente comprobado", y por ello, completamente verdadero y objetivo.

BIBLIOGRAFÍA
: Ridley, M. Genoma, la autobiografía de una especie en 23 capítulos. Ed. Grupo Santillana; México, 2000. 388 páginas.